Presencia Misionera

El surgimiento de la comunidad de Kankintú tal como se ha descrito, esta estrechamente relacionado con la presencia Misionera Católica, por lo tanto, es oportuno y valioso, establecer los distintos momentos cronológicos donde la Misión de los Paulinos, así como de los Agustinos Recoletos, entran en contacto con los fundadores de Kankintú.

a.    Presencia Misionera de los Paulinos

 
Según los datos que se tiene, los primeros contactos de misioneros católicos en la región de krikamola lo inicia el padre José Pablo Volk (1841-1919) y otros. El padre Volk llega a Bocas en el año 1891 y durante su estancia realizó varias expediciones en la zonas indígenas de cricamola, teribe y otros ríos(Cuesta,2000-2001). Desde estos años, la presencia de los paulinos en Bocas fue dándose progresivamente, se puede decir con certeza que con los padres paulinos se da inicio en Bocas del Toro una evangelización sistemática. Ya  para 1917 se confirma esta labor con tres parroquias constituidas (la de Almirante, Changuinola y Guabito).
 
A pesar de que los Padres Paulinos realizaron diversas giras por Krikamola, su presencia en la zona de daba esporádicamente una o dos veces al año. En el trayecto de estas giras que incluía Guoroni y Piedra Roja, el único contacto para sus logísticas en Kankintu era el señor, Simón Molina. Por tal motivo, el Reverendo Roberto Doherty en 1930 construye un rancho muy cerca de la casa de Simón Molina para su estancia en la zona y como punto de reunión con los cristianos ngobe. Testigos presentes afirman que, en este rancho se efectuó liturgia, bautismo, confirmaciones, etc. Como  base de  apoyo a las expediciones en 1930 edifican una casa de madera en Canquintú. La casa desapareció en 1939, pero las visitas continuaron. Hacia 1950 levantan en el mismo lugar otra casita con escuela-capilla y la encomendaron a un indígena guaymi (Victoriano Bilbord), que durante años actuará de maestro y catequista. Pag. 39 (Martinez Cuesta, Angel 2000-2001)
 
 
La acción misional-cristiana emprendida por el Reverendo Roberto Doherty, constituye el primer paso sistemático de la labor misionera católica en Kankintu y Krikamola. Por lo tanto, es el iniciador y fundador de la labor misionera católica ente los ngobe de Krikamola.
 
En un principio, las visitas de los Padres Paulinos se enmarcaban casi exclusivamente a la labor de evangelización. Llegaban a un poblado ngobe en la montaña, predicaban sobre el evangelio y allí mismo bautizaban a los presentes, incluso bautizaban a los transeúntes en el camino.
 
Sin embargo, el Reverendo Roberto Doherty no solo impulsa la labor evangelizadora en Kankintu, sino que ve la necesidad de crear una Misión Católica incorporado al desarrollo social de la comunidad. Esta visión sirvió de motivación para que el señor Victoriano Bilbord, Simón Molina, Genaro Tibibo y Arturo Tibibo, se interesaran de formar el grupo para iniciar los primeros pasos de la fundación de Kankintu.
 
Para 1950 el reverendo Roberto Doherty y los dirigentes antes citados, construyen la primera capilla de penca y palo. Posteriormente, se inicia los trabajos de construcción de la sede de la Misión de Kankintu que culmina en 1953, por problemas estructurales en su diseño y construcción, este edificio fue reparado, y oficialmente inaugurado en 1955. En este edificio funcionó la primera clínica comunitaria. 
 
Como se ha observado, la presencia de los frailes Paulinos se extiende de forma sistemática y organizada desde 1917 hasta el año 1967.
 
Entre tanto, la Prelatura de Bocas del Toro fue creado el 17 de octubre de 1962 como territorio  desmembrado de la Diócesis de David.
  
b.     Presencia Misionera de los Agustinos Recoletos
 
El monseñor Martín Legarra toma posesión de la prelatura de Bocas del Toro el 29 de febrero de 1964 en presencia de las autoridades civiles y eclesiásticas de la nación(Cuesta, Angel 2000-2001).
 
Después de un primer intento, Legarra emprende su viaje a Krikamola el 19 de abril de 1964 en compañía de dos terciarias capuchinas y del padre Manuel Bueno. Tras seis horas de lancha por la laguna de Chiriquí y cuatro de cayuco por el río cricamola, llegaron a la meta de sus sueños, al lugar de Canquintú, donde ya estaba aguardándole un grupito de guaymíes reunido por el catequista Don Victoriano. Pag 38 (Martinez Cuesta, Angel 2000-2001).

Monseñor Martín Legarra fue el primer sacerdote Agustino Recoleto en llegar a Kankintu, después es enviado el padre Estéban López(Colombia); posteriormente llega Javier Real(España); le sigue Tomas Arbizu; el padre Jesus(España); Paco(España) y José Tomás González(Panamá-1990).


Enero 1967. En la foto se aprecia en primer plano al sacerdote Javier Real, en segundo plano a Victoriano Bilbord y dos señores más.


           c.   Presencia Misionera de Terciarias Capuchinas, Hermanas Lauras y Diocesanas de María Misionera


Se establece que la primera presencia de monjas católicas en Kankintu fueron iniciadas por las Terciarias Capuchinas, a partir de la estructuración y organización misionera emprendida por el Reverendo Roberto Doherty. Para 1964 es evidente las visita y estancia de las Terciarias Capuchinas en Kankintú. Sin embargo, su presencia fue por pocos años.


Entre tanto, las Misionera Lauras (cuatros) llegan formalmente a Kankintú a partir de 1967. Durante su estancia en Kankintú desde 1967 hasta 1997, llegaron a convivir con los ngobe un total de 34 Hermanas Lauras. Como se observa, la Congregación de las Hermanas Lauras convivieron por más de 30 años con los ngobe de Kankintú y Krikamola. En este tiempo dirigieron y administraron exitósamente la labor educativa en la Escuela de Kankintú; organizaron y coordinaron las actividades de salud comunitaria, contando para este propósito con una pequeña clínica. Además, se suma su interés en fortalecer la organización comunitaria (jóvenes,mujeres, etc).


A partir de febrero 1998 ocupan sus puestos las Diocesanas de María Misionera, quienes estuvieron al tanto del seguimiento de la labor escolar en Kankintú con muchas dificultades, debido al nivel de competitividad que exige  administrar un colegio de secundaria. Es decir, la formación y orientación de muchas congregaciones misionera no son para administrar o dirigir la labor docente académica. Este aspecto exige un nivel básico de formación universitaria y cumplir con las regulaciones del Ministerio de Educación.